Transmitido en cadena nacional y a días de la elección, los candidatos se midieron en horario central con ironías y tensión abierta; el debate más tenso y agotador de toda la campaña
La recta final de la campaña presidencial chilena tuvo anoche su jornada más intensa.
En el último debate televisado antes de la segunda vuelta del próximo domingo, y con el reloj electoral agotándose, ambos candidatos salieron a la ofensiva desde el primer minuto: reproches, interrupciones y frases punzantes marcaron una pulseada decisiva que intentó conquistar a los indecisos.
La noche comenzó con una definición de estilo político. Jeannette Jara confirmó que, de resultar electa, renunciará al Partido Comunista, afirmando que la presidenta debe estar "por sobre los partidos políticos".
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De acuerdo con funcionarios de Estados Unidos, el traslado de la premio Nobel de la Paz se realizó el martes, evitando cualquier anuncio previo que pudiera poner en riesgo su integridad: "Mucha gente arriesgó su vida"
Explicó que su representación es de centroizquierda amplia y que su programa ha adoptado cambios en esa dirección.
Frente a eso, José Antonio Kast, al principio, relativizó el anuncio: dijo que no cambiaba nada. Pero tras la insistencia, declaró que él también dará un paso al costado en su partido, como lo hizo en su anterior carrera presidencial, buscando presentarse como un candidato de "todos los chilenos".
Tras una semana marcada por las esquirlas que dejó el último debate radial -donde Kast se mostró dubitativo y a la defensiva-, anoche el republicano cambió drásticamente el libreto: salió a golpear primero, mientras Jara intentó repetir la fórmula que le dio buenos resultados entonces -exponer fallas, acorralar con preguntas incómodas-, pero esta vez encontró a un rival más firme, con respuestas afiladas y dispuesto a contraatacar.
El primer choque duro llegó con la migración irregular. Kast fue categórico: "No los vamos a regularizar ni empadronar a los inmigrantes", dijo, anticipando que quienes ingresen de forma ilegal tampoco accederán a beneficios estatales. Jara lo acusó de instrumentalizar el miedo y de evadir los detalles de sus propuestas.
La tensión escaló cuando Kast ligó a la izquierda con la hostilidad hacia Carabineros, recordando la polémica polera del "perro matapacos".
"José Antonio, deja hablar. Tranquilízate un poquito", lo frenó Jara. "Yo estoy calmado", respondió él. "Entonces deja de interrumpir, pues", replicó la candidata, dejando una de las frases más comentadas de la noche.
Así, lo que parecía un intercambio de ideas se volvió rápidamente una pelea abierta, donde nadie escuchaba y cada uno esperaba su turno para devolver el golpe.
"Parece la pelea de un matrimonio", se leyó en redes sociales, en alusión a lo que se veía a esa hora: una conversación que había perdido cauce técnico y que se transformó en un duelo de resistencia verbal.
Otro de los momentos más tensos se produjo al hablar de indultos.
Jara acusó que el Partido Republicano ha promovido conmutaciones de penas para pedófilos y violadores de niños, tildándolo de "impresentable", a propósito de los dichos del diputado y delfín de Kast, José Carlos Meza.
Kast respondió que aquello "no está" en su programa, aunque abrió la puerta a revisar situaciones de condenados por violaciones a los derechos humanos, aludiendo a exuniformados: "Hay algunos que están bien presos", reconoció.
Jara lo acorraló con nombre y apellido: Miguel Krassnoff. "¿Vetarías una ley de ese tipo?", le preguntó. Él amagó con responder, pero alegó falta de tiempo. Ella le ofreció "diez segundos más".
Más refriega
Con respecto al tema vivienda, la candidata aseguró que "lo peor que puede pasar es que no se respete la fila. en mi gobierno eso no va a pasar". Kast volvió a la idea de desalojar tomas irregulares, mientras ella lo acusó de proponer sin decir cómo.
Luego vino la probidad: Kast anunció que pedirá a Contraloría una auditoría total del Estado, "escritorio por escritorio", y advirtió: "El que nada hace nada teme".
Jara contestó con su propuesta de una "ley de convenios 2.0" para elevar estándares de transparencia y disparó un dardo certero: "Tu diputado que está preso por este caso".
En el bloque laboral, en tanto, Jara presionó para que Kast definiera su postura respecto a la jornada de 40 horas.
Él trató de llevar la discusión a seguridad -"hoy matan a un chileno cada ocho horas"-, pero terminó confirmando: "No vamos a quitar ningún derecho adquirido". "Tú no tienes capacidad de autocrítica. ¡tranquilízate un poquito!", le lanzó ella. "Soy más cercano a la gente de lo que tú crees", respondió él, en uno de los tantos cruces donde ya nadie hablaba de la pregunta inicial.
Caso Maduro
El conflicto externo también se coló en el ring. Kast afirmó que "Maduro debe pagar con cárcel", mientras Jara coincidió en que el mandatario venezolano debe dejar el poder, pero lo acusó de usar el tema para cultivar temor.
"Reconoce que te equivocaste. Te humanizaría", lo emplazó. "Con los delincuentes no se negocia", replicó él. "Estás bien agresivo hoy, tranquilízate un poquito", devolvió nuevamente ella.
Al caer el telón, cada candidato sacó cuentas alegres y se proclamó ganador.
Jara defendió que salió del cara a cara con la convicción de haber reafirmado su compromiso con los derechos sociales y el cambio, y subrayó que su propuesta busca dar certezas a quienes temen retrocesos en materia de derechos laborales y pensiones.
Fuente: La Nación